Nadie se puede imaginar la extraña y seductora combinación entre calma y tempestad hasta que sube a una balsa de rafting. La montaña, las nubes, el río encrespado y frío, y la cuota necesaria de peligro para que este paseo se convierta también en una aventura. Y lo mejor de todo es que esta aventura, algunas veces pequeña y otras veces inolvidable y riesgosa, está a sólo una hora de viaje desde la ciudad de Mendoza.
Desde el altiplano peruano-boliviano, el Camino del Inca desciende por el lado chileno y penetra en el Corredor Andino por los valles de la precordillera. El camino llega hasta el Río Mendoza y continúa bordeándolo hacia los pasos de la cordillera.
Desde el altiplano peruano-boliviano, el Camino del Inca desciende por el lado chileno y penetra en el Corredor Andino por los valles de la precordillera. El camino llega hasta el Río Mendoza y continúa bordeándolo hacia los pasos de la cordillera.
El Río Mendoza es un río de deshielo que nace en el Aconcagua, recibe agua de numerosos afluentes: al Norte de los ríos Las Cuevas, de Las Vacas, Picheuta, Uspallata y al Sur de los ríos Blanco y Tupungato. Irriga las tierras de los departamentos de Luján de Cuyo, Maipú, Guaymallén, Las Heras, San Martín y Lavalle en la Provincia de Mendoza, desemboca en las Lagunas de Guanacache, estas últimas al pasar el tiempo se van secando gradualmente debido a la construcción de presas y obras para el aprovechamiento hidroeléctrico que no permiten que las corrientes fluyan hasta la zona. Posee un caudal de 50 m³/s y abastece los principales oasis de la región.
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